Gracias.
Volteo a mirar a la gente que va a mi lado y me pregunto: que de ellos?, que de sus propios paraísos?, que de sus propios infiernos?... tienen algo que ver con los míos?
A veces aparecen personas en nuestras vidas y sin proponérselo se convierten en fuente de inspiración para ser mejor, quien te ha hecho mejor a ti?, a quien has hecho mejor tú?
Hoy quiero recordar a una de esas personas, alguien que apareció en mi vida justo para eso, para hacerla mejor, alguien de quien aprendí el valor de la ayuda desinteresada, de quien aprendí que el dolor del otro también me incumbe a mí, de que puedo hacer algo por hacer más ligera la carga propia y de quien me rodea. Alguien, que dedicó su vida a ayudar a los demás a aprender a ver la vida de otra forma, a ver en ella las oportunidades que brinda a pesar de todas las dificultades.
Larry, fue un hombre ejemplo, cuya labor con niños y jóvenes en riesgo de calle, drogadicción y abandono escolar fue fantástica, gracias a él muchos de esos niños y jóvenes se quedaron en las escuelas, muchas niñas vieron cumplido cosas que a veces pueden parecer sin importancia como una fiesta de quince años, pero que puede ser un sueño muy lejano...él lo hizo posible llenando de magia y esperanza a quien recibió su apoyo.
Vio culminar con éxito sus esfuerzos al recibir dedicatorias de títulos obtenidos en gran parte por su apoyo en muchos sentidos, pero sobre todo moral.
Logró cumplir con su misión en este mundo...hacerlo mejor.
Tal vez no todos lo conocieron (y créanme que es una pena), es lo especial de estas personas, no buscan ser conocidos, solo buscan hacer del mundo un lugar mejor, pero quienes estuvimos cerca de él y de su trabajo alguna vez, estamos orgullosos de ello.
Lo que diga de Larry se queda corto ante la realidad, pero hoy que se ha ido, no queda más que decirle:
GRACIAS
Por mí y por todos los que fuimos tocados por su vida.
Mtra. Edith Villanueva.
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